Una de las características tanto de la adicción, como de la codependencia es la dificultad de la persona para ser congruente, piensa una cosa y siente otra, y termina haciendo algo totalmente diferente a lo que sintió o pensó. Esto resulta muy confuso para las personas que están alrededor, los hace estar a la defensiva ante la incertidumbre de no saber cómo va a reaccionar.

Una herramienta útil es ver que estas respuestas son parte de la enfermedad, diríamos que en esos momentos, es la enfermedad la que “habla”, desprenderse emocionalmente y hacernos cargos de esta confusión contribuye a la recuperación. En vez de preguntarnos ¿qué es lo que él quiere? intentemos respondernos ¿qué es lo que yo quiero o necesito?