Los niños que crecen en una familia con adicción o violencia enfrentan una realidad dolorosa, en la que por lo general se sienten muy solos. Puede que el problema ocupe tanto la atención de los padres, que de forma indirecta abandonan emocionalmente a sus hijos. Es decir, puede que estén presentes para darles de comer o proveerles económicamente, pero no para escuchar lo que sienten.

Desafortunadamente este abandono genera resentimientos en los hijos que se manifiesta con problemas escolares o de conducta, y mayormente en la adolescencia que pueden desembocar también en el consumo de drogas, incluyendo el alcohol. Si necesitas de apoyo u orientación te invitamos a dar clic aquí: http://bit.ly/1rH3dSN