«Tengo conciencia de que aún deseo que las personas que quiero cambien y maduren para que yo me sienta más cómodo. También tengo conciencia de que esto puede ocurrir o no. Sin embargo voy aprendiendo lentamente que tratar de cambiar el comportamiento ajeno para satisfacer mis necesidades es una actividad inútil y frustrante. El poder y la paz verdaderamente profundos están en mi capacidad de cambiar mi comportamiento para satisfacer mis necesidades”.

Esperanza para hoy, pg. 266