El consumo de drogas, incluyendo el alcohol lleva a las personas a perder salud física y emocional; a perder el apoyo de sus familiares, empleo e incluso pertenencias materiales tan valiosas como una vivienda.

Muchas de las personas indigentes que vemos en las calles padecen una dependencia que al ser progresiva ha afectado a la persona en todas sus dimensiones. El problema se ha agudizado tanto que sin ayuda es probable que la persona padezca una enfermedad mental con síntomas irreversibles como alucinaciones, o incluso daños físicos que lo lleven a la muerte.