Una vez que se ha iniciado el proceso de recuperación en la persona con adicción, ésta empieza a perdonarse a sí misma y a quienes la rodean.
Puede reconocer sus fallas y limitaciones, evita el perfeccionismo consigo mismo, logrando perdonarse por lo que ocurrió en el pasado. Cuando se equivoca, lo admite, y poco a poco desarrolla un auténtico arrepentimiento, porque tiene el deseo y propósito de enmendar las cosas, ayudando también a mejorar su autoestima.
Lleva tiempo, pero pretende hacer a la persona con problemas más responsable de sus actos, brindándole mayor libertad.