Todos en algún momento nos hemos sentido “a punto de estallar” cuando las emociones y preocupaciones se desbordan sobre nosotros. Como globitos inflados, cualquier evento o situación, nos hacen sentir vulnerables y explotamos cuando el hecho no lo ameritaba.

Lo mismo sucede en los adolescentes, constantemente pueden sentirse “a punto de explotar”, esto como producto de los cambios hormonales que viven. Por ello es fundamental, que al convivir con ellos, evitemos tomarnos las cosas personalmente. Y que reconozcamos cuando nos encontremos “a punto de estallar” para pedir tiempo y espacio y evitar lastimar a las demás personas.